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La primera gran guerra mundial social (III) - Hijo de privilegiados lideraron la Revolución Rusa

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Pavel Neznanov

Tom Luigers

Que las mentiras de Iósif (José) Stalin eran abundantes es algo que todos sus biógrafos tienen muy claro. Todo líder de esa naturaleza e importancia tuvo que reinventar su propia historia y por eso los datos autobiográficos de los grandes líderes mundiales suelen estar siempre muy alejados de la realidad y de la historia. Pero Stalin no solo fue un gran mentiroso, sino que refinó el arte y lo llevó tan lejos que, hasta el día de hoy, se sigue debatiendo que los campesinos desdentados con palos y piedras derrotaron a los ejércitos del zar Nicolás II y los obreros semiesclavos y analfabetos tomaron el control de las fábricas y las hicieron prosperar como nunca antes.

Por eso es imposible comprender la historia de Rusia en el siglo XX. Stalin, simplemente ordenó que toda la historia, como la suya, fuera borrada y convirtió a los nobles y condes, a los banqueros, científicos e industriales que lo rodearon siempre o hasta que los mató décadas más tarde, en hijos de campesinos o cuando eran demasiado evidentes por lo conocidos, en nobles arruinados.

Y lo que ocurrió en realidad no fue tan simple como lo pintaron. El general Plyushchevsky sirvió con el Ejército Blanco, mientras que su hermano Grigori sirvió con los Rojos. El general de división N. Makhrov luchó por los bolcheviques, mientras que su hermano, el general P. Makhrov, era voluntario del Zar. En abril de 1919, Evgeny Berens comandaba todas las fuerzas navales bolcheviques, mientras su hermano M. Berens, era el almirante de los Blancos. El mayor teórico militar de los bolcheviques, el hombre que cambió el destino de la guerra fue el mariscal Mijaíl Tujachevski, quien era conde le gustara a Stalin o no mientras que el general Sergey Kamenev era noble y su padre zarista.

Pero aun cuando a la mayoría de los generales del Ejército Rojo les quitaron su nobleza y su origen, sustituyéndolos por un origen campesino, lo único que no les borraron fue su educación, que es la pista que nos puede llevar a un verdadero origen de estos “generales del pueblo”, porque si hay algo que define la historia zarista, es que los campesinos no entraban a las escuelas de oficiales ni a las universidades. Como el general Nikolai Podvoisky, un supuesto campesino que ingresó a una prestigiosa universidad a estudiar leyes, como también lo hizo el general Nikolai Krylenko en la de San Petersburgo mientras que el general Yukhym Medvediev se graduó en la Universidad Tecnológica.

Generales y mariscales como Frunce, Blyukher, Samoylo y Voroshilov eran todos de las clases pudientes con acceso a la universidad y así mariscales como Budyonny, nacido en una familia de terratenientes poderosa, fue convertido en trabajador de granja y herrero, para ganarse una beca como oficial del ejército imperial, donde sin saber leer y escribir se graduó de primero en su clase.

La Revolución de Octubre fue dirigida por hombres como Lev Camenev, graduado en la Universidad Imperial de Moscú, cuyos cupos eran limitados para una selecta élite; mientras que el famoso Vladimir Antonov-Ovseenko era hijo de un noble de la corte zarista, graduado en la escuela de cadetes y en la escuela militar más prestigiosa. Y así Stalin supo cómo hacer que todos ellos fueran campesinos o judíos empobrecidos, haciendo que uno de los más prósperos judíos mercantes se convirtiera en “hijo de un judío lechero”, o el hijo de un banquero se convirtiera en el “hijo de un mercante menor” o el hijo de un potentado de las minas, se convirtiera en el hijo de un minero.

Por no hablar de la alta oficialidad zarista que apostó por el cambio como el general Mikhail Muravyovel o quienes creían que la única manera de evitar que los alemanes ocuparan Rusia era sumarse a los Rojos como fue el caso del general Dmitri Pavlovich Parsky

La forma de borrar la historia, fue un verdadero arte en aquella Rusia de nuevos campesinos con doctorado. O era eso, o la política del Zar era incomparablemente socialista. Porque ni en el alto mando militar, ni en la oficialidad, ni en las industrias soviéticas, un campesino tomó alguna vez las riendas más que para participar como carne de cañón. Casi todo el liderazgo fue en realidad hijos de nobles, clases medias altas o funcionarios privilegiados zaristas y casi todos acudieron a universidades prestigiosas muy alejadas de algo que el proletario no tenía.

Y eso tenían todos ellos en común. Eso, y claró está, que dos décadas más tarde todos estaban siendo torturados y asesinados en las distintas purgas, por ser considerados enemigos de Stalin.

Y eso ocurre con toda la historia rusa. Es imposible comprender porque no hay historia previa. Todo fue borrado por el ego de los revolucionarios que eliminaron todo lo hecho por los zares.

No habríamos tenido miedo de los Migs-21 en la Guerra Fría sin el hijo de un mercante potentado llamado Mikhail Gurevich, quien no solo estudió en la Uiversidad zarista, sino que se marchó a Francia a estudiar en el Institut Supérieur de l'aéronautique et de l'espace, siendo compañero de mentes extraordinarias como Marcel Bloch-Dassault o Henry Potez.

Como le borraron la historia a Segei Ilushyn y fue convertido en un campesino que ordeñaba vacas, no sabremos jamás la verdad de cómo terminó siendo ingeniero aeronáutico. Pero lo que si sabemos es que estudió en la academia dirigida por hombres como Vladimir Lazarevich y Nikolai Sollogub, que tenían como aspecto en común que eran hijos de nobles y también en común que fueron fusilados en la gran purga.

Sin los nobles, no habría volado un solo avión soviético, ni cruzado el mar un solo barco. Porque tras cada fábrica, había estado el conocimiento de generaciones enteras. Si existió la revuelta del crucero Potemkin, se debió a que fue construido en el astillero por el príncipe Potemkim en nombre de Catherina La Grande y llegada la revolución construían destructores y cruceros; que Stalin cambiara los nombres de las fábricas y eliminara para siempre las referencias a todos los ingenieros y arquitectos navales que los diseñaron y construyeron, es solo parte de la idiotez humana.

Quiero llegar con esto, no solo a que no existió tal cosa como una revolución popular donde los campesinos obraron un milagro, sino una verdadera conjunción de intereses de nobles, industriales, banqueros mientras que los involucrados directos, como en todas las revoluciones fueron los hijos de privilegiados que estudiaban en la universidad y que, en el nombre del pueblo, se abrogaron el derecho universal a exterminarlo.